Por qué los médicos del siglo XVII consideraban el café como una medicina para el corazón Por qué los primeros médicos europeos consideraban el café como una medicina para el corazón

Por qué los médicos del siglo XVII consideraban el café como una medicina para el corazón Por qué los primeros médicos europeos consideraban el café como una medicina para el corazón

En el siglo XVII, en las estrechas calles de Venecia y Londres, el olor acre y amargo de una nueva bebida llenaba el aire. Los europeos estaban probando por primera vez el café, algo que provenía del Lejano Oriente y que inicialmente no se ofrecía como bebida cotidiana, sino como medicamento. Los farmacéuticos y médicos de esa época examinaron cuidadosamente el café y escribieron sobre sus efectos en el cuerpo. Muchos de ellos creían que esta bebida oscura y aromática podía fortalecer el corazón y mejorar la circulación sanguínea.

En aquella época, la ciencia de la fisiología no existía en su forma actual y los médicos interpretaban el cuerpo basándose principalmente en la experiencia y en viejas teorías. Sin embargo, el café era algo maravilloso para ellos. No sólo genera conciencia, sino que también mejora el estado general de los pacientes. Algunos médicos venecianos y franceses la consideraron una alternativa más segura a las bebidas alcohólicas e incluso la mencionaron en recetas para el tratamiento de la insuficiencia cardíaca, la depresión y la fatiga. Este fue el punto en el que el café pasó de ser un producto oriental a una medicina europea.

1. Cuando se abrió su café a las farmacias en Europa

Hacia 1600 llegó a Venecia el primer cargamento de granos de café procedente del puerto de Alejandría. Al principio, los vendedores lo ofrecían en farmacias, no en cafeterías. Los médicos del siglo XVII todavía estaban bajo la influencia de la tradición médica griega y árabe y evaluaban cada nueva sustancia basándose en el equilibrio de calor y frío, sequedad y humedad del cuerpo.

Escribieron que el café es cálido y seco y, por tanto, bueno para los cuerpos fríos y débiles. Creen que el calor del café mueve la sangre y despierta la “naturaleza del cuerpo”. Por ello, beber café estaba especialmente recomendado para quienes padecían letargo o pulso débil. En las recetas médicas de aquella época se pueden observar frases como ésta que “el café fortalece el corazón y alerta la mente”.

2. El café en el sistema de medicina mixta (Teoría humoral)

Los médicos de esa época creían que el cuerpo se compone de cuatro mocos principales: sangre, bilis, flema y refrescos. Cada enfermedad fue el resultado de una falta de armonía en este equilibrio. El café encontró su lugar en este sistema intelectual. Debido a su calidez y sequedad, se decía que reducía el exceso de humedad y aliviaba la “pesadez en el pecho”.

En los pacientes que, según ellos, tenían “el corazón frío” o “corazón frío”, beber café aligeraba el cuerpo y mejoraba su estado de ánimo. De hecho, lo que los antiguos médicos llamaban “corazón” era una combinación de sentimiento, poder y circulación sanguínea. En su opinión, el café era una medicina que fortalecía a estos tres al mismo tiempo. En el lenguaje actual, podría considerarse algo entre un estimulante nervioso y un fármaco que regula la circulación sanguínea, aunque el lenguaje científico de aquella época aún no incluía tales términos.

3. La experiencia objetiva de los médicos con los pacientes y el efecto psicológico del café.

Los médicos del siglo XVII trabajaban principalmente basándose en la observación. Vieron que los pacientes que beben café se vuelven más alertas, alegres y renovados. Estas observaciones fueron suficientes para concluir que el café es bueno para el corazón, porque su comprensión del “corazón” no era sólo un órgano, sino el centro de la vida y la fuerza.

En las notas de algunos médicos franceses se afirma que los pacientes deprimidos o inactivos se sienten ligeros después de tomar café y sus latidos del corazón se vuelven más regulares. El efecto estimulante de la cafeína sobre el sistema nervioso central aún no se conocía, pero la respuesta inmediata del cuerpo fue una prueba de su efecto terapéutico para los médicos. Vieron el café como un elixir del despertar, una medicina que da vida al corazón y claridad a la mente.

4. El café como antídoto contra el cansancio y sustituto del vino

En la Europa del siglo XVII, el vino era el tónico dominante. Pero el vino fue criticado en la cultura religiosa y moral de algunos países, especialmente entre los religiosos y los ascetas. El café, de aspecto oscuro y sabor amargo, se consideró un sustituto adecuado. Los médicos escribieron que el café “vigoriza sin intoxicar”.

Desde su punto de vista, esta bebida era una forma de calentar el corazón sin los peligros del vino. Algunos médicos ingleses incluso escribieron recetas en las que se recetaba café para “aliviar la ansiedad cardíaca” y “aliviar las náuseas matutinas”. En aquella época, estos efectos eran la razón por la que el café se consideraba un medicamento para el corazón.

5. El comienzo de las dudas sobre los efectos del café en el corazón

En el siglo XVIII, con el desarrollo de herramientas anatómicas y experimentos más precisos, la visión que los médicos tenían del cuerpo cambió. Algunos de ellos se dieron cuenta de que las palpitaciones que se producen después de beber café no siempre son un signo de salud. Hasta entonces, un aumento de la frecuencia cardíaca se interpretaba como un signo de “potencia y calidez”, pero ahora los médicos más nuevos se han dado cuenta de que esta frecuencia cardíaca puede provocar ansiedad o insomnio en algunos pacientes.

Sin embargo, el café no salió de la farmacia, sino que cambió de posición. Ya no se reconocía como una cura directa, sino como una bebida estimulante y eufórica. Los médicos recomendaron que lo utilicen personas sanas, pero los pacientes cardíacos o las personas ansiosas deben usarlo con precaución. Esta etapa fue el inicio de la separación entre el “café medicinal” y el “café de todos los días”.

6. Conectando el café con nuevos conceptos de circulación sanguínea

Al mismo tiempo que las viejas teorías mixtas se derrumbaban, William Harvey propuso la teoría de la circulación de la sangre. Los médicos empezaron a entender el corazón como una bomba muscular más que como un centro de emociones. En este nuevo sistema, el efecto del café en el corazón adquirió un significado más científico.

Ya no se trataba de “calentar el corazón”, sino que se decía que el café aumenta la actividad del sistema nervioso simpático, aumenta el ritmo cardíaco y fortalece el flujo sanguíneo. Aunque el lenguaje de aquella época todavía estaba lejos de la terminología actual, en estos años se sentaron las bases de la comprensión moderna del efecto fisiológico de la cafeína.

7. El café como droga de la élite intelectual

Desde finales del siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII, el café se convirtió en la bebida popular de intelectuales, escritores y médicos académicos. En ciudades como París, Londres y Viena, los cafés se convirtieron en lugares frecuentados por debates científicos y filosóficos. Este grupo de médicos y pensadores fueron los primeros en vincular el efecto mental del café con el trabajo intelectual y la concentración.

Por ello, muchas notas médicas de la época afirmaban que el café era útil para “fortalecer el corazón y la mente de un científico”. La palabra corazón en aquella época todavía era una metáfora de la fuerza y ​​el alma, no sólo un órgano físico. Por lo tanto, cualquier bebida que alegrara la mente y agudizara el pensamiento también se consideraba “medicina para el corazón”.

8. De la medicina tradicional a la medicina experimental: cambiando el lenguaje para describir el café

En el siglo XIX, médicos alemanes y franceses realizaron experimentos para medir científicamente el efecto del café en el organismo. Observaron que la cafeína puede elevar la presión arterial y aumentar la frecuencia cardíaca, pero el efecto es temporal y desaparece al cabo de unas horas. Estos hallazgos hicieron que el concepto de “medicina del corazón” cambiara de un aspecto terapéutico a uno estimulante.

El café ya no se conoce como un medicamento para fortalecer el corazón, sino como una bebida para estimular el cuerpo. Los médicos en los tratados de medicina del siglo XIX recomendaban que los pacientes con ansiedad, palpitaciones o hipertensión arterial lo evitaran. Esta fue la etapa en la que la nueva ciencia de la fisiología reemplazó las interpretaciones alquímicas y temperamentales.

9. El café y la transformación del estilo de vida urbano

Con la industrialización de Europa, el café pasó de ser una droga de la élite a una bebida de las masas. En él se refugiaban trabajadores, estudiantes y empleados para soportar largas jornadas de trabajo. Esta vez, los médicos se enfrentaron a una nueva realidad: el café no sólo estimula el corazón, sino que también moldea la vida moderna al cambiar el ritmo del sueño y la vigilia.

Por ello, algunos advirtieron que consumir mucho café puede aumentar el ritmo cardíaco y provocar insomnio, pero nadie lo llama seriamente “medicina para el corazón”. La nueva imagen veía el café como parte de la vida acelerada de un hombre urbano.

10. Nuevas investigaciones: beber café con moderación y posibles advertencias

En los últimos años, amplios datos epidemiológicos y estudios observacionales y de metanálisis han demostrado cada vez más que el consumo moderado de café puede estar asociado con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y muerte prematura. Algunos de los estudios más recientes han informado que las personas que beben de dos a tres tazas de café al día tienen menos probabilidades de morir de enfermedades cardíacas y tienen un riesgo menor de desarrollar enfermedades cardíacas que aquellos que no beben café. Algunos estudios incluso muestran una reducción relativa de los accidentes cerebrovasculares y la insuficiencia cardíaca. Estos hallazgos son especialmente evidentes cuando el café se consume con moderación y se evitan los aditivos pesados ​​(como el alto contenido de azúcar o crema).

Contra esta imagen positiva, hay algunos estudios y advertencias. El consumo elevado de cafeína, es decir, más de los niveles normales (mucho más de 3 a 5 tazas por día), puede elevar temporalmente la presión arterial y representar un riesgo cardiovascular para algunas personas. Un nuevo estudio ha advertido que el consumo constante de grandes cantidades de cafeína puede provocar una mayor susceptibilidad a las enfermedades cardíacas.

Aquí está el punto importante de diferencia entre los estudios: el “consumo moderado” a menudo ha mostrado resultados positivos, pero el “consumo intenso o excesivo” tiene resultados diferentes.

Además, algunos estudios han concluido que el café puede reducir, no aumentar, el riesgo de latidos cardíacos irregulares (arritmia). Un estudio publicado en 2025 muestra que las personas mayores con antecedentes de arritmia que consumían café a diario tenían mejores condiciones en el seguimiento que aquellas que evitaban el café. Este resultado contradice la vieja teoría de que el café es un desencadenante de arritmia.

Se han planteado hipótesis sobre varios factores biológicos para explicar estos beneficios del café. Los compuestos como los antioxidantes y antiinflamatorios del café pueden ayudar a mejorar la función vascular, reducir la inflamación, mejorar el metabolismo de la glucosa y reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Por lo tanto, el efecto positivo del café en el sistema cardiovascular puede deberse no sólo a la cafeína sino también a través de estos compuestos secundarios.

Sin embargo, cabe destacar que los datos no siempre son concluyentes. Muchos estudios se basan en observaciones, no en ensayos controlados aleatorios (ECA) y, por lo tanto, no pueden decir con certeza de causa y efecto (causalidad) que el consumo de café reduce las enfermedades cardíacas. Además, las diferencias en la forma en que se prepara el café (como el café filtrado o preparado), los aditivos, el estilo de vida de las personas y la genética del metabolismo de la cafeína pueden afectar los resultados.

Como resultado, la opinión científica actual es que el café probablemente sea seguro para la mayoría de las personas (si se consume con moderación) e incluso puede estar asociado con un riesgo cardiovascular reducido. Pero un consumo elevado, o en determinadas condiciones (trastornos del sueño, hipertensión arterial, ansiedad, sensibilidad a la cafeína) puede resultar peligroso.

De esta manera, el café ya no es considerado un “cierto medicamento para el corazón” sino una bebida con “posible efecto protector en un consumo moderado”; Ni tratamiento definitivo ni estímulo absoluto.

Resumen final

El café ha recorrido un camino sorprendente en Europa. Primero se importó como medicina oriental y se vendió en farmacias; luego, en el siglo XVII, los médicos consideraban que fortalece el corazón y estimula la vitalidad. Con el avance de la ciencia, las palpitaciones del corazón después de tomar café ya no se consideraban un signo de salud y nuevos médicos se dieron cuenta de su efecto temporal sobre la presión arterial. En el siglo XIX, los experimentos fisiológicos reemplazaron las conjeturas de la medicina mixta y el café pasó de ser un medicamento a ser una bebida cotidiana.

Sin embargo, las investigaciones de los siglos XX y XXI demostraron que el consumo moderado de café se asocia con un riesgo reducido de enfermedades cardíacas y muerte prematura. Los compuestos antioxidantes y antiinflamatorios del café juegan un papel importante en este efecto. Eso sí, en un consumo elevado, el café puede provocar aumento del ritmo cardíaco, ansiedad o insomnio y no es apto para personas sensibles.

Finalmente, podemos decir que el café no es ni enemigo del corazón ni su salvador, sino una bebida cuyo efecto cambia dependiendo del equilibrio, la genética y el estilo de vida de cada persona. Quizás los primeros médicos europeos, sin saberlo pero a partir de una observación correcta, descubrieron que la relación entre el café y el corazón es más complicada que cualquier otra bebida.

Preguntas frecuentes (FAQ)

1. ¿El café es realmente bueno para el corazón?
Sí, puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas si se consume con moderación, especialmente en personas que beben de dos a tres tazas al día.

2. ¿Cuál es el daño de beber demasiado café?
El consumo excesivo de café puede provocar palpitaciones, ansiedad, insomnio o aumento temporal de la presión arterial.

3. ¿El tipo de café afecta al corazón?
Sí, el café filtrado suele ser más saludable porque los compuestos grasos como el café preparado pueden aumentar el colesterol.

4. ¿Es la cafeína la única causa del efecto del café en el corazón?
No, los compuestos antioxidantes y antiinflamatorios del café también desempeñan un papel en la reducción de la inflamación vascular.

5. ¿Deberían las personas con enfermedades cardíacas dejar el café?
No necesariamente, pero es mejor ajustar la cantidad y el tipo de café con la opinión del médico porque la respuesta del cuerpo es diferente.

6. ¿Cuál es la mejor cantidad de café para una persona sana?
Un promedio de dos o tres tazas al día es una buena cantidad que mantiene los beneficios y reduce los riesgos.

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El título de esta publicación es Por qué los primeros médicos europeos consideraban el café como un medicamento para el corazón. Explora cómo los primeros médicos europeos veían el café como un tónico para el corazón en el siglo XVII y cómo la investigación moderna todavía debate sus beneficios y riesgos para la salud cardiovascular.

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Dr. Alireza Majidi

Médico, autor y fundador del blog “Un Doctor”

Dr. Alireza Majidi, autor y fundador del blog “Un Doctor”.
Escribe durante más de dos décadas en el campo de la salud, la medicina, la psicología y sus aspectos culturales y sociales y trata de transmitir conocimientos de forma sencilla pero precisa.
La medicina es una ciencia dinámica y en constante cambio; Por lo tanto, el contenido de este artículo no sustituye la visita al médico ni el diagnóstico.